La traducción puede ser una carrera emocionante que le permite traducir una amplia gama de contenido sobre una variedad de temas. Traducción jurídica se especializa en la traducción de documentos legales, como declaraciones juradas, contratos y solicitudes de patentes, de un idioma a otro. Pero a diferencia de la traducción general, hay preocupaciones únicas que pueden afectar las traducciones en el campo legal que alguien que se convierta en traductor legal necesitará conocer.
En esta entrada de blog, cubrimos las cinco consideraciones más importantes para convertirse en un traductor legal.
Experiencia lingüística
Para convertirse en traductor legal, debe dominar al menos dos idiomas. Esto va más allá de lo que los estudiantes de inglés o español conversacionales aprenden en la escuela secundaria. Requiere un profundo conocimiento de ambos idiomas, incluida la gramática, la sintaxis y la elección de palabras.
A veces los traductores se benefician de crecer en hogares bilingües. Esto puede proporcionar los conocimientos necesarios para comprender el idioma que se necesita para una traducción de alta calidad. Sin embargo, incluso si no creciste hablando dos idiomas, aún es posible obtener suficiente fluidez y experiencia en un idioma extranjero para convertirte en un traductor legal profesional.
El dominio de un idioma extranjero a menudo se realiza a través de un proceso de estudio guiado, así como de inmersión, viajando a países donde se habla el idioma. Podría llevar muchos años dominar el idioma, pero hay personas en todo el mundo apasionadas por aprender idiomas por razones profesionales y personales.
Además, debido a que los traductores legales traducen términos más complejos asociados con el sistema legal, tener un conocimiento profundo del idioma al que se traducirá el documento es importante para crear una traducción precisa.
Certificaciones de traducción
En algunos países, necesitará una certificación para convertirse en traductor, traductor legal o traductor certificado. En el campo legal específicamente, «certificado» significa que ha prestado juramento en los tribunales. Las empresas que realizan traducciones legales necesitan traductores certificados para jurar y sellar sus documentos para ciertos procedimientos judiciales.
Los traductores certificados tienen requisitos especiales de capacitación y certificación que varían según su ubicación. Por ejemplo, Canadá requiere que los solicitantes soliciten por escrito y tomen el examen Canadian Translators, Terminologists and Interpreters Council (CTTIC). En Alemania, el proceso de certificación requiere que los solicitantes cumplan con criterios específicos y sean juramentados por la autoridad correspondiente. Cada país es ligeramente diferente, pero la mayoría requiere algún tipo de capacitación especializada y proceso de certificación para calificar como traductor certificado.
Obtener la certificación de traducción es una forma de mostrar a los clientes y empleadores que tiene algunas credenciales relacionadas específicamente con la traducción. Otros tipos de desarrollo profesional también pueden ser beneficiosos, como adquirir títulos de educación superior, y adquirir experiencia trabajando en el campo legal puede darle una ventaja. Como beneficio adicional, puede aprender nuevas prácticas recomendadas que se pueden implementar en su trabajo diario.
Experiencia de traducción
La experiencia es el factor más importante que los clientes buscarán a la hora de elegir un traductor legal. Hay algunas cosas que solo puedes aprender con experiencia práctica. La traducción jurídica puede ser muy diferente de otros tipos de traducción, desde la terminología hasta los estándares que se esperan.
Para comenzar, muchos traductores jurídicos realizan proyectos de traducción general antes de cambiar a la traducción jurídica. Aprender más sobre la industria legal, los tipos de documentos que podría traducir y la terminología legal específica puede brindarle una mejor exposición al campo.
Conocimiento cultural
La traducción de documentos legales también requiere cierta cantidad de conocimiento cultural sobre el país en el que se utilizará el documento terminado. La terminología jurídica, judicial y específica de un país puede no ser traducible directamente; una traducción literal puede no transmitir correctamente lo que significaba el documento original.
Por ejemplo, algunos sistemas jurídicos tienen jueces o jueces que no existen en el contexto de otras culturas. Si tradujeras directamente estos roles a otros idiomas, no tendrían sentido para un lector que vive en una cultura diferente. Como otro ejemplo, el concepto de «Abogar por el Quinto» es puramente americano y no se traduciría bien a otras culturas.
Experiencia legal
Tener experiencia legal es otra consideración importante dentro de la comunidad de traducción legal. Para convertirse en traductor legal, es mejor si tiene experiencia legal o antecedentes legales que lo ayuden a comprender mejor la gran cantidad de documentos legales en los que podría trabajar durante su carrera. Algunos traductores legales son abogados o provienen de otras funciones en el campo legal.
Como se mencionó anteriormente, necesita un conocimiento suficiente del contenido legal para saber cuándo es necesario usar una traducción literal y cuándo tiene más libertad sobre el estilo del documento traducido final. Necesitará conocer la terminología legal y cómo se aplica al tipo de documento que está traduciendo.
Por último, es una buena idea mantenerse al día con la industria legal, incluidas las tendencias y las leyes cambiantes que podrían afectar su trabajo.