En el desfile del Día de Acción de Gracias de los Grandes Almacenes Macy’s, el actor que interpreta a Santa Claus es descubierto borracho por un anciano con bigotes. Doris Walker (Maureen O’Hara), la directora de eventos especiales sin sentido, persuade al anciano para que tome su lugar. El anciano demuestra ser una sensación y es reclutado rápidamente para ser el Papá Noel de la tienda en la tienda principal de Macy’s. Walker se entera de que se hace llamar Kris Kringle (Edmund Gwenn) y afirma ser el verdadero Santa Claus. A pesar de las seguridades del médico de Kringle de que es inofensivo, Doris todavía tiene dudas, especialmente cuando se ha entrenado cínicamente, y especialmente a su hija, Susan, para rechazar todas las nociones de creencia y fantasía. Y sin embargo, la gente, especialmente Susan, comienza a notar que hay algo especial en Kris y su determinación de promover el verdadero espíritu de la Navidad en medio del comercialismo desenfrenado a su alrededor y de triunfar de maneras improbables. Cuando surge un estridente conflicto con el psicólogo cruelmente incompetente de la tienda, Kris se encuentra retenido en Bellevue, donde, desesperado, delibera y falla en un examen mental para garantizar su compromiso. Todo parece perdido hasta que el amigo de Doris, Fred Gailly, tranquiliza a Kris de su valía y acepta representarlo en la lucha para asegurar su liberación. Para lograrlo, Fred organiza una audiencia formal en la que argumenta que Kris está cuerdo porque de hecho es Papá Noel. Lo que sigue es una audiencia extraña en la que las creencias de la gente son reexaminadas y puestas a prueba, pero aún así, se necesitará un milagro para que Kris gane.