Los meses más fríos traen botas, chaquetas y lo mejor de todo: suéteres. Bien desgastados, se hacen eco de los hombres clásicos de ayer. Invertir en una o dos piezas de calidad hechas de 100% lana es preferible que varias de acrílico o tela mezclada, ya que se quedarán durante muchas caídas e inviernos por venir, y se verán mejor en el proceso. (Por no hablar de mantenerte caliente. Si los cuidas bien, durarán hasta que tu barba se vuelva gris, y puedes sacar al pescador desgastado con una cálida mirada de corazón del Sr. Hemingway aquí.
1. No limpie en seco ni lave a máquina. El lavado de manos no solo mantiene la lana limpia, sino que también suavizará el suéter con el tiempo. Lávese con agua fría, de adentro hacia afuera si es posible. De esa manera, podrás apuntar a los puntos más sucios, los que están al lado de tu cuerpo.
2. Dobla los suéteres, nunca los cuelgues. La gravedad, en este caso, no es tu amiga. Tira del suéter, distorsionando su forma. Además, las perchas a menudo pueden crear hoyuelos en el hombro y estirar el escote. Si no confías en tu capacidad de doblar uno sin pliegues, coge una tabla plegable de la tienda en casa (5 5-10). Hacen maravillas.
3. Despilfarro, despilfarro, despilfarro. Si bien los suéteres de baja calidad se comprimen más rápido, eventualmente terminarás con esas bolitas little que mi cuñado llama gniffs (g dura pronunciada.) Raro. Debes quitarlas tan pronto como aparezcan. Algunos dicen que se pueden afeitar con una afeitadora facial, pero recomiendo invertir en una piedra de suéter. Durará para siempre, y puedes controlar la cantidad de fuerza, a diferencia de las máquinas alimentadas por baterías. O bien, córtalos individualmente con un par de tijeras pequeñas.
4. Secar en plano y remodelar. La regla de» nunca colgar » se aplica a los suéteres recién lavados incluso más que a los secos. La lana mojada puede tardar días en secarse completamente, y el agua agrega peso extra, estirando y distorsionando aún más la forma. Cuando termines de lavarte, no escurras el suéter, solo agítalo hasta que puedas quitar tanta agua como puedas. Luego, colócalo en una toalla y modélalo a medida que se seca.
5. Hunde los inconvenientes. Si su suéter se engancha por fuera, use una aguja o alfiler para empujar el hilo hacia atrás en el tejido, o al menos hacia el interior del suéter. Entierra el hilo suelto lo mejor que puedas, atándolo si es posible.
En general, si puede manejar la parte de almacenamiento plegable y plana, pero prefiere no lavarlos en casa, simplemente llévelos a la tintorería cada temporada o dos para volver a ponerlos en forma. Más costoso, pero efectivo.